Según la teoría del ala de las palomas mensajeras y la opinión mayoritaria de los entendidos, entre otros factores, se requiere que las últimas remeras ESTÉN AIREADAS, es decir, que aparezca un espacio entre remera y remera y no estén juntas.
Creo que se ha de tener en cuenta que las palomas se alimentan de granos y que estos, en condiciones naturales, se encuentran en el suelo de los terrenos y que, por lo tanto, las palomas que, originariamente se alimentaban en el suelo, necesitaban un tipo de ala que les permitiese levantar el vuelo lo más rápidamente posible ante la presencia de depredadores. Es decir, necesitaban un tipo de ala ancha y redondeada.
Sin embargo, con el tiempo, nuestras palomas mensajeras no necesitan levantar el vuelo de forma precipitada cuando están comiendo, pero sin embargo, si han de ir adaptando sus alas a los vuelos rápidos o, en todo caso, a los vuelos largos de muchas horas que, en condiciones normales y originariamente, no necesitaban en cuanto que aunque han existido y existen algunas especies de palomas migratorias, no lo son las mensajeras ni sus ascendientes.
Si se observa, las aves que vuelan durante mucho tiempo y son rápidas, tienen las alas largas y puntiagudas y sin separación en las últimas remeras, mientras que las alas grandes y anchas con remeras muy separadas, son propias de las aves que planean, es decir la mayoría de la aves carroñeras y las grandes rapaces. Sin embargo, las rapaces pequeñas, como los halcones, tienen alas finas y puntiagudas que les permiten mayor velocidad y largas migraciones.
Es verdad que se supone que las aperturas entre las remeras les exigen menos esfuerzo a las palomas para levantar las alas, al presentar menor resistencia al aire, pero también les resta velocidad en el vuelo. Ello se compensa con un ala más larga, estrecha y puntiaguda, que ofrece menor resistencia al aire.
Así que creo que, con el tiempo, las alas de nuestras palomas serán cada vez más estrechas, más puntiagudas y las remeras más juntas. Y esto lo podremos adelantar en la medida que vayamos seleccionando a las reproductoras que mayor adaptación presenten.
De cualquier manera esta exposición no deja de ser una opinión personal que, posiblemente, no sea compartida por una mayoría de colombófilos, como sucede en la mayoría de los temas que concurren en nuestras palomas, cuando no hay una base científica sólida que las sustenten como es el caso.
juan reboso